Restaurante CASA PINCE

Casa Pince, un emblemático restaurante en el Gótico de Barcelona de alta calidad que dejó una marca significativa en la ciudad. Reconocido por su refinamiento, introdujo la innovación de ofrecer comida para llevar y contaba con un colmado de alta calidad.

A pesar de ser diferente al típico restaurante, solo sirviendo banquetes por encargo, tuvo tanto éxito que los Pince decidieron comprar toda la casa en la esquina de Rauric y Ferran. El lugar fue decorado con elegancia en 1905 por el arquitecto Joan Alsina, ganando reconocimientos. Aunque cerró debido a desafíos financieros, Casa Pince sigue siendo recordada por su distinción y calidad.

Jean Pince y su esposa Catalina Ros, rápidamente ganaron prestigio entre las clases acomodadas, destacando por su innovación gastronómica. El restaurante acogió distinguidas veladas de los poderes de la época, desde eventos consulares hasta homenajes a artistas.

El arquitecto Joan Alsina, colaborador de Antoni Gaudí en la obra del Palau Güell, decoró el local, ganando el premio al mejor establecimiento proyectado en 1905.

Su refinamiento se reflejaba en detalles como las copas de cristal de bacarrá, mantelerías de Lyon con el nombre del establecimiento y menús ornamentados sobre seda natural.

Catalina, quien participaba activamente en la gestión del negocio, demostraba ser creativa y enérgica. Fue ella quien ideó la estrategia publicitaria más efectiva: justo después de la misa del mediodía en la iglesia cercana de Sant Jaume, preparaba su famoso pollo condimentado con una salsa inventada por Pince.

Después, dejaban que el humo se dispersara para que el delicioso aroma captara la atención y estimulara el apetito de los burgueses y aristócratas locales.

Aunque el cierre exacto se pierde en la historia, la herencia de Casa Pince perdura como un capítulo brillante en la rica tradición gastronómica de Barcelona, fusionando la elegancia culinaria con la excelencia arquitectónica en un momento cumbre del siglo XX.